Coges tu móvil nuevo con gran ilusión y comparando con él tu anterior teléfono parece una mula reumática que no vale para nada. Sin embargo, pasan unos meses y todo ese ímpetu inicial empieza a convertirse en aplicaciones ralentizadas, pantallas de espera en negro, reinicios…
No es cuestión de desesperar y comenzar a recopilar catálogos de móviles en busca del ultimísimo grito en tecnología. Hoy traigo una serie de pequeños consejos para darle a tu Android esa vidilla que ha ido perdiendo hasta desesperarte.
Vamos a ir de menor a mayor nivel de intrusismo en el aparato, empezamos suavecito y vamos complicando la cosa poco a poco.
1. TENER HUECO EN LA MEMORIA DEL TERMINAL
Puede sonar un poco estúpido, pero tener hasta arriba la memoria del móvil perjudica mucho su rendimiento, ya que no puede usar la misma cantidad de memoria virtual y sobre todo si el teléfono en cuestión no tiene demasiada RAM, renqueará mucho cuando cambiemos entre aplicaciones o cuando haya muchas cosas abiertas. Puesto que muchos terminales veteranos o de gama baja tienen una memoria interna ridícula la tarea puede no ser tan fácil como sonaba…
2. DESINSTALAR APLICACIONES INNECESARIAS
Otra perogrullada que no lo es tanto. Las aplicaciones instaladas, aparte de ocupar espacio en la memoria, muchas veces tienen demonios que corren siempre en segundo plano aunque la aplicación no esté abierta. Esto conlleva un uso de CPU y de RAM que a su vez tambien repercute negativamente en la duración de la batería. Por tanto, si no usamos una aplicación, lo mejor es que la desinstalemos, ya que a parte de liberar memoria, desahogaremos un poco al terminal y con un poco de suerte hasta reducimos su dependencia del enchufe.
Hay aplicaciones especialmente delicadas en este apartado por su gran consumo de recursos, como las de mensajería, las redes sociales y los antivirus. Todas ellas trabajan continuamente con datos en tiempo real, ya que cuando nos mandan un mensaje, tenemos una notificación o existe una amenaza de seguridad queremos tener esa información al instante. Sin embargo, si tenemos una aplicación de mensajería o de una red social que jamás usamos, los recursos dedicados a comprobar que no hay mensajes nuevos siguen dedicandose a ello…
Si alguien no se acaba de creer eso, le reto a que observe cuanto le dura la batería si instala Whatsapp, LINE, Whatsapp, Kakaotalk, Viber y Wechat a la vez 😛
Los antivirus se merecen una mención aparte. Android no es Windows, y pese a todas sus vulnerabilidades, la manera más habitual con diferencia de coger virus en Android es que nosotros les hayamos abierto la puerta de par en par permitiendo que se instalen. Entonces, que merece más la pena, tener más ojo con qué cosas instalamos o tener un antivirus analizando todos los datos que entran o salen del terminal? La respuesta a esa pregunta ha de darla cada uno, yo tengo claro que prefiero no gastar recursos del móvil en algo que debería hacer yo.
3. SER ROOT
Aquí ya le damos una vuelta de tuerca a la cosa. Rootear el móvil no te dará un plus de rendimiento pero si que te permitirá hacer ciertas cosas que no se podrían hacer sin el acceso de superusuario, como borrar aplicaciones del móvil que vinieran incrustadas de fábrica (basurilla del operador, demos de juegos… que en moviles con la memoria muy justa son un auténtico dolor), pasar aplicaciones a SD para ganar espacio en memoria interna, capar el acceso a Internet con un cortafuegos a las aplicaciones que no queramos que lo tengan (con DroidWall, por ejemplo), tener unas opciones de configuración y recuperación más avanzadas (ROM Toolbox, Titanium Backup…), acceder a cualquier parte de nuestro teléfono…
4. BORRAR DE VEZ EN CUANDO LA CACHÉ DALVIK
La máquina virtual Dalvik es uno de los pilares fundamentales de Android y su caché solo aumenta de tamaño con el uso del terminal. Por tanto, si tenemos problemas de espacio o si simplemente preferimos no acumular demasiado bulto en caché, borrar de vez en cuando la caché Dalvik puede ser una buena política.
5. BORRAR TODO MÁS DE VEZ EN CUANDO
Obviamente no os voy a recomendar formatear el móvil cada dos días, pero si la situación se está volviendo desesperada y todo lo anterior no ha ayudado a que el rendimiento suba todo lo necesario para que vuestras ganas de estampar al pobre contra la pared disminuyan, un full wipe (restaurar el movil a valores de fábrica) puede ser lo que necesitais. Ojo, si el móvil ya era lento según salido de la caja, no vais a lograr resultados espectaculares con ello.
6. INSTALAR UNA CUSTOM ROM
La ROM del móvil es su sistema operativo y si no habeis tocado nada, tendreis instalada una versión de Android personalizada por el fabricante del móvil y por la compañía telefónica si no es libre de orígen. Las ROM stock tienen por principal ventaja que suelen ser bastante estables en comparación con cualquier ROM «cocinada». Sin embargo suelen ser pesadas, incluir mucho bloatware (software inútil que en principio no se puede borrar, aunque si habeis hecho caso del paso 3 ya no tendreis ese problema 😛 ), muy pocas opciones de personalización y nulo soporte por parte del fabricante si se trata de un móvil veterano, haciendo que se haya quedado sin actualizaciones desde hace mucho, anclado en versiones muy viejas de Android.
En cambio, una Custom ROM suele ser más ligera, darle una apariencia más moderna al móvil, con muchos más botoncitos para poner la apariencia a vuestro gusto y versiones más modernas de Android que pueden darle un soplo de aire fresco. A cambio su estabilidad puede ser algo menor, sobre todo si el cambio es muy brusco (como meterle 4.2.2 Jelly Bean a un móvil que traia 2.1 Eclair) aunque si la ROM tiene ya una cierta madurez no suelen dar problemas.
Sabores hay para todos los gustos: CyanogenMOD, AOSP, AOKP, MIUI… os recomiendo los foros de xda-developers para ver todas las opciones que hay para vuestro terminal.
7. INSTALAR UN CUSTOM KERNEL
El kernel de un sistema es su núcleo, su base fundamental, la que tiene el control directo del hardware del teléfono. Por tanto, las opciones que permite tener un kernel customizado son potentes y algo peligrosas si las tocas a lo loco. Pero, por ejemplo, poder hacer overclock a un movil lento o bajarle ligeramente el voltaje a un movil con problemas de batería puede ser precisamente lo que necesiteis. Muchas veces una custom ROM ya incluye un custom kernel o su instalación es necesaria (sobre todo si cambiais entre versiones de Android) pero si no es asi, un cambio de kernel es la personalización más profunda que se puede llevar a cabo. Vuelvo a recomendar xda-developers y leer mucho antes de instalar nada.
Como habeis podido observar, este artículo no trata de tutoriales sobre las distintas cosas que menciono, os recomiendo encarecidamente que os informeis bien antes de seguir cualquiera de las cosas que he expuesto. Sobre todo en los apartados 6 y 7, cuyo riesgo si tocais sin saber asciende exponencialmente, pudiendo provocar bricks facilmente si instalais sin leer la documentación de la ROM/Kernel o si intentais accidentalmente instalar algo indicado para un modelo diferente de teléfono.
Esto no deja de ser un compendio de ideas y consejos, y hay multitud de tutoriales de como llevarlas a cabo todas ellas, pero si alguién quiere que le eche una mano, para eso están los comentarios. Y si veo interés en algo en concreto, se puede escribir un artículo acerca de ello 😉
Cualquier móvil puede tener una segunda juventud siguiendo algunos de estos pasos con cabeza. No desespereis y dadles una segunda oportunidad. Valor y al toro.