Hoy no toca entrada normal, de las de frikear y vale. Hoy no toca hablar de cierto cacharro o de cierto videojuego, ni siquiera de cierto invento extraño. Hoy vengo sólo a recordar el origen de todo eso.

Porque todos somos como somos por alguien cuyo estilo, personalidad, ideas o gustos, nos marcó a fuego para siempre.

Sin la fascinación de mi abuelo por los aparatos electrónicos, el hi-fi, las motos y otras tantas cosas, yo sería otra persona. No tendría tantos chismes electrónicos, no me gustaría tanto abrirlos a ver que hay dentro e intentar arreglarlos si lo veo viable, no estaría intentando infructuosamente estudiar una ingeniería, no vería las carreras de motos en directo aunque sean en Phillip Island a las 5 de la mañana, y muy probablemente, no estaría escribiendo este blog.

Por todo eso, la entrada de este 28 de febrero va por ti. Allá donde estés, feliz cumpleaños yayo.