Desde siempre me ha atraido la fotografía. La composición, la magia de cazar un instante y, como buen friki, también la técnica. Y desde hacía mucho, me picaba la curiosidad por la fotografía estenopeica, que básicamente consiste en hacer fotografías con una caja con un pequeño agujero y material fotosensible dentro.
Pero sin disponer de un laboratorio fotográfico, la fotografía estenopeica al estilo clásico resulta dificil y pese a la curiosidad, la pereza llevaba años atenazandome…
La cosa es que hace un par de semanas, curioseando por internet me encontré este artículo de Xataka Foto, que rompía todos los esquemas de mi vagancia. No era tan «ortodoxo» al cambiar la caja de cartón por el cuerpo de una réflex, pero seguía siendo atractiva la idea de hacer fotos con un bujero por único objetivo 😛
Llegados a este punto, nos podemos poner manos a la obra.
Los materiales necesarios son:
– Un cuerpo réflex, imprescindible que pueda funcionar sin objetivo
– Cartulina negra
– Albal
– Cinta aislante, preferentemente del chino ya que pegará menos y eso nosconviene
– Un alfiler, aguja o imperdible
Quitando la cámara, el resto es totalmente Art Attack xD
Empezamos con el pequeño tutorial, facil, sencillo y para toda la familia 😉
1 – Recortamos un círculo de cartulina negra, poco mayor al tamaño de la bayoneta de la cámara y recortamos dentro de él otro circulo menor y relativamente centrado
2 – Recortamos un pedazo de albal algo mayor que el agujero de la cartulina negra
3 – Pegamos el albal a la cartulina, que quede bien estirado
Algo asi debería quedar desde el otro lado 😛
4 – Apoyando el albal en algo blando, como miga de pan o plastilina, pinchamos el albal con un alfiler o una aguja fina. O un plátano y un imperdible, que más da xD
El diámetro del agujero para que las fotos queden enfocadas depende de la distancia focal, es decir, en nuestro «objetivo» de cartulina, la distancia del agujerito al sensor de la cámara. La fórmula seria dice que D=0,045*sqrt(f), siendo D el diámetro del agujerico y f, la distancia focal. Realmente, a no ser que dispongamos de herramientas muy específicas, cuánto menor podamos hacer el agujero, mejor.
5 – Como es probable que se nos haya ido la mano con el tamaño del redondel inicial, lo ajustamos al tamaño de la bayoneta o será imposible fijarlo bien
Asi, mejor 😛
6 – Con la cinta aislante del chino, pegamos nuestro cacho cartulina en el cuerpo de la cámara, intentando no tocar los contactos de la bayoneta. Es conveniente que la cinta aislante pegue más bien poco, para que no deje restos de pegamento y se quite con facilidad
Y ya está, preparada para tirar fotos a cascoporro con un bujerito por objetivo! En el caso de mi cámara, el fotómetro funciona perfectamente sin la información proveniente de un objetivo de verdad, osea que no tuve que hacer cálculos de medición. Si no fuera el caso, hay fórmulas para calcular el número f de nuestro objetivo de cartulina, para saber como hemos de exponer.
Como podeis ver, el enfoque es bastante chungo, la fórmula que puse antes decía que en mi caso, el diámetro tenía que ser de en torno a 0,2mm y mi imperdible lo hizo bastante mayor, algo menos de un milímetro.
Obviamente no es necesario que las fotos sean en blanco y negro, solo es para darle un poco más de autenticidad retro a una óptica tan arcaica. De hecho, también forcé la ISO para aumentar el ruido y darle más toque vintage.
Y llegados a este punto… el límite está en la imaginación. Si en vez de un agujero hay dos, doble exposición, simultánea y automática 😀
Y hasta aquí la primera parte… en la segunda, montaré un tele con una lata de Pringles (e intentaré que la cosa enfoque un poco más xD)
[…] Link a la primera parte […]
que bueno ¿y las fotos donde están? ah.. son esas manchas irreconocibles, bueno habrá que pulirlo
Hombre, es lo que es, un objetivo hecho con un cacho de papel de aluminio y con el estenopo hecho sin tomar las medidas adecuadas. Obviamente si quieres un resultado más serio tienes que tomarte más en serio el procedimiento… pero asi es más divertido 😛